viernes, 20 de noviembre de 2009

Rastreadora

Esta semana me ha tocado ser rastreadora.
He encontrado dos noticias de interés:

1. Un tercio de las personas que padecen alguna patología relacionada con trastornos alimenticios han sufrido abusos sexuales. Según el doctor Pedro Manuel Ruiz-Lázaro, secretario de la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-juvenil el experto ha señalado que se trata de un porcentaje superior al que se registra en la población en general.
Ruiz-Lázaro informó de que es necesario realizar una búsqueda activa y una prevención de trastornos de la alimentación en las personas que han sufrido un abuso sexual, algo que añadió frecuentemente no se tiene en cuenta. El doctor hizo estas declaraciones en el marco de la clausura del IV Congreso Español de Sexología celebrado recientemente en Madrid. En el encuentro se dio a conocer el estudio que revelaba que la sexualidad masculina es una factor de riesgo para tener un trastorno de la conducta alimentaria, a pesar de que su incidencia es mayor entre las mujeres. Sin embargo las mujeres homosexuales padecen en menor medida este tipo de trastornos.















2. Un poco de información sobre la EBRIOREXIA (o DRUNKOREXIA):

Evitar la comida antes de salir a ingerir bebidas alcohólicas es el nuevo trastorno alimenticio conocido como ebriorexia, que junto a la anorexia y la bulimia es un problema que se extiende entre la juventud.

Aunque por el momento la ebriorexia no es el término oficial para nombrar a este nuevo desorden alimenticio, es el que se adopta para denominarlo. De los ebrioréxicos se puede decir que son las personas alcohólicas anoréxicas o bulímicas.

El argumento de los jóvenes que realizan esta práctica es que las calorías que no obtienen con la comida las sustituyen con las del alcohol, de modo que a las familias les puede costar detectarlo porque aunque hay una compensación calórica es una falsa compensación.

Reporte especial de EFE TVLos protagonistas de este trastorno alimentario son mayoritariamente mujeres y el alcohol básicamente es la única fuente de calorías con la que se sustentan, aunque existen casos de mayor gravedad en los que el alcohol es sustituido por drogas como las metanfetaminas con la única finalidad de inhibir el hambre.

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